A pesar del título este post nada tiene que ver con la serie temática que dediqué en septiembre a la historia de Suecia. Lo que hoy trato es una historia de amor, una verdadera historia de amor entre una princesa y un noble sueco. Ellos era Sofía Dorotea de Brunswick-Luneburgo, más conocida como Sofía de Celle, y el conde sueco Felipe de Köenisgmarck. Lejos de querer caer en los chismes de la historia planteo el conocimiento de una historia difícil para sus protagonistas, que nos hace reflexionar sobre lo imposible del amor en ciertas ocasiones y en determinados momentos.
La historia se desarrolla en Alemania a finales del siglo XVII, cuando Alemania como Estado aun no existía, en concreto en Hannover que era en aquel tiempo un territorio integrante del Sacro Imperio Romano-Germánico. Sofía era la sobrina del soberano de Hannover, el príncipe-elector Ernesto Augusto. En 1682 se concertó el matrimonio entre Sofía y su primo Jorge Luis, el hijo del príncipe soberano de Hannover. Era un matrimonio claramente de Estado y por razones de Estado, como lo eran prácticamente todos los de nobles en aquella época. Pero este matrimonio iba a ir por derroteros diferentes a la mayoría, ya que Sofía poseía un corazón de naturaleza rebelde.
Jorge Luis de Hannover nació en la primavera de 1660 siendo hijo de Ernesto Augusto príncipe de Hannover y de Sofía de Wittelsbach, princesa del Palatinado. Como primogénito de Ernesto Augusto le correspondía heredar el trono de su padre, como de hecho ocurrió cuando éste murió en 1698. Por ser hijo de Sofía del palatinado estaba emparentado con la familia real inglesa de los Estuardo (su madre era nieta del rey inglés Jacobo I). Al morir Ana Estuardo reina de Gran Bretaña en 1714 sin descendencia Jorge se convirtió en rey inglés (Jorge I) por ser el príncipe de religión protestante más cercano en parentesco a la reina Ana.
El matrimonio entre Jorge y Sofía fue tremendamente desgraciado y un enorme fracaso. Jorge prefirió la compañía de su amante Ermengarda Melusina. Sofía por su parte tenía gran interés por el conde sueco Felipe de Köenisgmarck del que se enamoró perdidamente. Todo podría haberse ocultado por parte de Sofía, ese tipo de situación se había dado en casos similares en muchas ocasiones. Pero la princesa de corazón rebelde actuó guiada por un corazón el suyo incapaz de aceptar su designio real con Jorge y la renuncia a Felipe. Los rumores de una posible fuga de los amantes hicieron que la corte de Hannover se viera amenazada y ordenara a los amantes desistir de sus planes.
Jorge se convirtió a partir de esta amenaza en autor intelectual del asesinato de Felipe, que en efecto se cometió en el verano de 1694, siendo su cuerpo arrojado a un río. El asesinato parece que fue cometido por cuatro cortesanos de Jorge. En 1694 el matrimonio de Jorge y Sofía fue disuelto, no bajo los cargos de adulterio por parte de alguno de los dos sino bajo la acusación de que Sofía había abandonado a Jorge.
Sofía fue encarcelada en el Castillo de Ahlden en su ciudad natal de Celle, con el consentimiento de su propio padre. Para su desgracia no se le permitió tener contacto con sus hijos y con su padre el resto de sus días, y tampoco se le permitió casarse de nuevo. Murió en 1726, un año antes que Jorge, después de 26 años de reclusión.
Del matrimonio de Sofía con Jorge nacieron dos hijos, Jorge Augusto y Sofía Dorotea. Jorge (1683-1760) se convertiría con el tiempo en Jorge II, rey de Gran Bretaña y elector de Hannover al suceder a su padre. Jorge Augusto nunca perdonó a su padre que le apartara de su madre, por lo que las relaciones entre ambos fueron muy difíciles, algo común entre los soberanos de la Casa Hannover.
La historia de Felipe y Sofía es una de tantas historias de amor imposibles que a lo largo de la historia han acontecido a príncipes y reyes, a princesas y a reinas, que por su condición pública tuvieron que renunciar al amor por razones de Estado. A mi es una de las situaciones personales que más me han interesado de la historia por toda la desgracia que trajo para sus protagonistas. Evidentemente situaciones de amor imposible las han vivido muchas personas que nada tienen que ver con la realeza, si bien por fortuna pocas son tan trágicas como ésta. Qué duda cabe que por unos u otros motivos hay muchas personas que por amor han visto como perdían su alma en el camino, y eso si son historias con mayúsculas, historias desconocidas por ser sus protagonistas comunes mortales, y muy presentes en el día a día del corazón de muchos y muchas.
En el próximo post prometo menos “sentimentalismo histórico”.
CURIOSIDADES DE LA HISTORIA
-La reina Ana Estuardo tuvo cerca de 20 partos y dos abortos. La mayoría de sus hijos nacieron muertos. Sólo su hijo Guillermo Enrique llegó a vivir su infancia, muriendo a los 11 años. La Casa Estuardo dejaría así de reinar en Gran Bretaña al no dejar descendencia Ana, dando paso a los Hannover. La actual reina Isabel II es descendiente de Jorge I, primer rey Hannover de Gran Bretaña.
-Uno de los asesinos de Felipe de Köenisgmarck afirmó que para cometer el crimen le pagaron 100 veces el sueldo anual del ministro mejor pagado de cualquier corte europea de la época.
-Jorge I tuvo con su amante Ermengarda Melusina tres hijas: Ana, Melusina, y Margarita.
-En 1752, bajo el reinado de Jorge II, el 1 de enero se convirtió oficialmente en el día de Año Nuevo, sustituyendo al 25 de marzo.
lunes, 4 de octubre de 2010
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Este me ha gustado y creo que ya sabes porque, jeje.
ResponderEliminarPor amor se cometen muchas locuras, y aun mas cuando tratamos de resolver con la cabeza asuntos del corazon, no crees ?
P.D. Espero que no suelas cumplir tus promesas.
Un besito.
Una historia digna de una película o de una novela. El apartado de curiosidades se sale. Buen finde.
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