La historia tiene una carga de ingratitud bastante considerable, a pesar de todo lo que nos da y nos enseña. Desde pequeños nos educan conociendo a las grandes figuras históricas: Julio Cesar, Carlomagno, Carlos V, Felipe II, Napoleón…, pero ¿qué hay de aquellos personajes que estaban destinados a ser alguien y no pudieron serlo? Bueno, esos no importan, al fin y a la postre no fueron nadie ¿verdad? Pues lo cierto es que a mí sí me interesan, siempre me han interesado, será porque soy un seguidor de causas perdidas.
¿Quién conoce la historia del hijo de Alejandro Magno, heredero de un vasto imperio sobre el que no llegó a reinar? ¿Y la desventura del primogénito de Alfonso XIII destinado a ser rey de España con el nombre de Alfonso XIV, y ni tan siquiera pudo ser pretendiente al trono tras la abdicación de su padre? Son microhistorias, historias escondidas dispuestas a ser descubiertas. Una de esas “pequeñas” historias que quiero rescatar hoy es la del que posiblemente sea el reinado conocido más breve de un monarca, el reinado del rey de los 20 minutos, Luis Antonio de Borbón.
Luis Antonio nació el 6 de agosto de 1775 en Versalles, hijo del rey Carlos X de Francia (1824-1830) y de la princesa María Teresa de Saboya. Con el estallido de la Revolución francesa (1789) tuvo que exiliarse a Inglaterra. En 1799 casó con su prima María Teresa de Francia (hija mayor de Luis XVI y María Antonieta de Austria), matrimonio del que no nacieron hijos. En 1823 encabezó la expedición francesa de “Los cien mil hijos de San Luis” que acabaron con la revuelta de los liberales en España. A la muerte de su tío el rey Luis XVIII, su padre Carlos X se convirtió en rey de Francia. La política ultraconservadora de su padre condujo a la Revolución de julio de 1830 en la que Carlos X se vio obligado a abdicar.
Tras la abdicación de su padre Luis Antonio de Borbón, duque de Angulema, se convirtió en el rey Luis XIX. El deseo de su padre era que Luis también abdicará a favor de Enrique, nieto de Carlos y sobrino de Luis. De esa manera desde la abdicación de su padre y su renuncia al trono Luis fue rey sólo durante los 20 minutos que tardó en firmar. Se dice que su mujer pasó esos minutos suplicándole que no lo hiciera, pero lo hizo. Su sobrino Enrique, que era tan solo un niño de 12 años tampoco pudo llegar a ser rey, ya que la Cámara de Diputados de Francia eligió nuevo rey a un pariente de los Borbones, Luis Felipe de Orleans (Luis Felipe I, 1830-1848).
Luis XIX fue el último rey Borbón en reinar de manera efectiva aunque muy breve en Francia, se terminaba así con cerca de tres siglos de dominio de la Casa de Borbón en aquel país. Luis Antonio marchó al exilio y nunca más pisó suelo francés. Murió en Austria en 1844.
Muy interesante. La historia de Francia está repleta de reinados breves y sanguinarios. Te recomiendo la lectura de la saga "Los reyes malditos", de Maurice Druon, que en varias novelas expone qué pasó en el trono de Francia desde Felipe II el hermoso, rey que destruyó a los templarios. Cuando quemó al ultimo gran maestre, éste condenó al rey, a su ministro de justicia y al Papa, asi como a sus generaciones. Ese mismo año, fallecieron los tres, pero los hijos del rey, y los hijos de sus hijos, no escaparon a la maldición. Una historia verídica e interesante.
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