Últimamente he estado haciendo repaso de mis
entradas del blog, dándome cuenta de dos cosas de las que no me había percatado:
una, la escasa historia española tratada en el mismo; la otra, las pocas series
temáticas publicadas. La primera cuestión es un error imperdonable, resulta que
de sesenta y dos entradas sólo trece versan sobre nuestra historia, pero es un
error que puede subsanarse, al igual que también puede subsanarse la falta de
series temáticas.
No parece que haya mejor manera de empezar a
solucionar lo uno y lo otro que hacer una serie temática que verse sobre
historia de España. Es por eso por lo que este mes quiero tratar el tiempo de
la Casa de Borgoña en Castilla que coincide con lo que fueron nuestros mayores
logros patrios antes de la era moderna: las fases finales de la Reconquista.
El hilo conductor para adentrarnos en esta
apasiónate parte de nuestra historia será por tanto el reinado de los monarcas
castellanos de la Casa de Borgoña, dinastía fundada en Castilla en 1126 con la
llegada al trono de Alfonso VII, hijo de Raimundo de Borgoña y de Urraca de León,
y que se extinguiría con la muerte de Pedro I el Cruel en 1369.
Posiblemente el motivo de querer tratar sobre estos
siglos del Medievo hispano es la intención de reivindicarlos como un tiempo
glorioso, a pesar de tanta guerra y tanta crueldad, de tanta sangre derramada y
de tanta traición. Si afirmo que la Plena y Baja Edad Media fue un tiempo de cierta
gloria para España es porque, a diferencia de otros pueblos que no pudieron
desprenderse del dominio musulmán, los reinos hispánicos consiguieron imponerse
al poder territorial de los sarracenos.
Desde hace décadas parece que desde medios
educativos y sociales se ha querido pasar de puntillas por el tema de la
Reconquista, como si el hecho de expulsar a los moros de España fuera un
deshonor histórico y una injusticia social hacia los expulsados, y por lo tanto
no mereciera mayor relevancia que cualquier otro asunto del pasado.
Si pensamos en los hechos acaecidos políticamente en
nuestro país desde los reinados de los Austrias menores, es decir desde Felipe
III, comprenderemos que la historia de España está plagada de fracasos
políticos y de debilidades crónicas e irritantes. Tal vez por eso será por lo
que la Reconquista a diferencia de otras épocas es de alguna manera gloriosa a
mi modo de ver y sentir.
Sin duda, y lo admito, es paradójico hablar de
gloria en un tiempo de muchas traiciones y rebeliones, de guerras civiles
cruentas y de divisiones territoriales, de “mercadeo administrativo”, y de
incesantes intrigas nobiliarias, pero habrá también de admitirse que hay mucho
de épico en todo lo que podemos saber de aquel tiempo. Todos esos ingredientes
estarán presentes en los cuatro posts que publicaré este mes y que serán un
repaso por los reinados de los once monarcas castellanos de la Casa de Borgoña,
y del desarrollo de las etapas finales de la Reconquista, un tiempo crucial de
nuestra historia y sin el que no podría entenderse la actual configuración de
España.
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