El presente político europeo de nuestros días es muy distinto al del pasado. La mayoría de las monarquías europeas desparecieron entre los siglos XIX y XX. Muchas de ellas por revoluciones, otras por las guerras, otras por odios hacia ciertas dinastías. El resultado fue un fructífero camino hacia las libertades políticas que se veían coartadas en algunos países precisamente por su forma de gobierno monárquico.
El caso de Rusia no fue un cambio de monarquía a república parlamentaria y democrática, ya que se pasó de autocracia a dictadura. Es por eso que el pueblo ruso ha vivido bajo el yugo del autoritarismo toda su historia hasta hace poco tiempo. En cierta manera la verdadera democracia tal vez está aún por desarrollarse plenamente en el país.
La historia de los Romanov hasta 1917 es la historia de una Rusia bajo el autoritarismo de los zares, porque Rusia no conoció el liberalismo y la democracia hasta finales del siglo pasado, después de siglos de autocracia zarista y setenta y cuatro años de dictadura comunista. A partir de 1917 los Romanov cayeron en disputas dinásticas que conducirían a caminos de desencuentro como también ocurrió y ocurre en otras familias reales destronadas en Europa.
En este mes quiero acercar un poco esa historia de los Romanov que tan ligada está a la historia de Rusia, desde principios del siglo XVII cuando se instalan en el poder hasta la situación de los Romanov en la actualidad, herederos de una tradición zarista que sólo parece servirles de etiqueta pomposa sin naturaleza de futuro, como ocurre con tantos pretendientes a tronos europeos en la actualidad.
Como siempre, muy interesante.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, y no es una frase hecha.
Se abre un nuevo e interesante vistazo a una historia apasionante y llena de anécdotas importantes. Gracias.
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