viernes, 31 de enero de 2014

La invasión de Granada: Operación Furia Urgente




Desde primeros de diciembre no he publicado nada en este blog y en consecuencia bien puede afirmarse que ya tocaba. He querido que esta actualización la protagonice una guerra,  o más bien una invasión, de pequeña escala y que por su pequeña dimensión quedó bastante olvidada en la historia reciente. Lo curioso es que está pequeña contienda que llegó a durar sólo semanas enfrentó a Estados Unidos y al gobierno de la pequeña isla caribeña de Granada, que recibía apoyo desde hacía unos años de Cuba.

Resulta paradójico pensar que en 1983 soldados estadounidenses estuvieron luchando contra ciudadanos civiles y asesores militares de Cuba, y que tal circunstancia tenga más bien naturaleza anecdótica en la historia del último cuarto del siglo XX. El episodio de Granada recordaba muy vagamente a la crisis de los misiles de 1962, pero en esta ocasión al tratarse de un diminuto país sin suficiente peso Estados Unidos si se decidió a intervenir.

El contexto de la invasión de la isla caribeña de Granada se enmarcaba en el tiempo de los últimos años de la Guerra Fría, si bien en aquel tiempo no parecía aun cercano el momento del colapso de la URSS y del sistema comunista en Europa.  Los primeros años 80 fueron difíciles para Estados Unidos en la pugna por el dominio del planeta frente al modelo comunista. Hacía sólo cuatro años los sandinistas se habían hecho con el poder en Nicaragua, al mismo tiempo en ese 1979 la URSS invadía Afganistán. Estados Unidos además tenía muy reciente aun la crisis de los rehenes en Irán, y los recuerdos de Vietnam atormentaban el ánimo de la sociedad estadounidense que había visto como su país, la primera potencia militar del mundo, había tenido que renunciar a la victoria bélica frente a un país subdesarrollado como Vietnam del Norte.

Sin duda debía llegar un momento en que Estados Unidos diera un puñetazo en la mesa y se desprendiera de esa aparente debilidad que arrastraba desde mediados de los años setenta. Esa oportunidad llegó con la crisis de Granada y, de manera intencionada o no en el sentido que ya he expresado, el gobierno de Ronald Reagan intervino en Granada y empezó a borrar sinsabores de su pasado más reciente.

Los antecedentes de la crisis de 1983 arrancaban en marzo de 1979 cuando un golpe de Estado liderado por el líder del Movimiento New Jewel  Maurice Bishop derrocó el gobierno de Eric Gairy, personaje éste que había devenido en estrambótico y paranoico. Un ejemplo de lo anterior fue precisamente el momento del golpe de Estado, cuando Gairy se encontraba en Naciones Unidas abogando por la realización de una conferencia sobre platillos volantes. El gobierno establecido por Bishop de corte izquierdista fue acusado de alienarse con la Unión Soviética y Cuba y de promover la militarización de su país. El gobierno además comenzó a construir un aeropuerto internacional con la ayuda de Cuba. El presidente norteamericano Ronald Reagan señaló este aeropuerto como amenaza potencial de Granada contra Estados Unidos.

El 19 de octubre de 1983 la facción más comunista del partido gubernamental liderada por el vice-primer ministro Bernard Coard se hizo con el poder y posteriormente ejecutó a Bishop. El Gobernador General de la isla Paul Scoon fue puesto bajo arresto domiciliario. La Organización de Estados del Caribe Oriental solicitó la ayuda de los Estados Unidos, Jamaica y Barbados. Los oficiales estadounidenses citaron el golpe y la inestabilidad política de un país que se encuentra cerca de sus fronteras, así como la presencia de estudiantes de medicina norteamericanos en la isla, como los motivos de la intervención militar.

La invasión, que comenzó el 25 de octubre, fue la primera gran operación realizada por el ejército de los EE.UU. desde la Guerra de Vietnam. La lucha continuó durante varios días y el número total de efectivos estadounidenses alcanzó unas 7.000 junto con 300 hombres de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS). La fuerzas invasoras encontraron unos 1.500 soldados granadinos y unos 700 cubanos, la mayoría eran obreros de la construcción y algunos ingenieros militares ejerciendo en la construcción del aeropuerto de dicho país los cuales hicieron gran resistencia causando 54 bajas a las tropas invasoras y una cantidad considerable de heridos .

Granada formaba parte de la Mancomunidad Británica de Naciones y tras la invasión pidió ayuda a otros miembros de la Mancomunidad. Reino Unido y Canadá, entre otros se opusieron a la invasión. De hecho, la Primera Ministra Británica Margaret Thatcher se opuso personalmente a la invasión estadounidense. Tras la victoria de EE.UU., el Gobernador General de Granada, Paul Scoon, nombró un nuevo gobierno y, a mediados de diciembre, las fuerzas de EE.UU., se retiraron.

La crisis de Granada supuso el que podría considerarse en la historia reciente como el único punto de fricción en las excelentes relaciones de Estados Unidos con el Reino Unido. De hecho, técnicamente Estados Unidos invadió un país cuya soberana era y es Isabel II del Reino Unido, lo que sin duda pudo haber tenido importantes consecuencias de no ser Estados Unidos el país que es. Por otra parte la guerra en Granada vino a reforzar la imagen internacional de Estados Unidos como primera potencia mundial, imagen maltrecha por las vicisitudes de los últimos años, a saber, la derrota en Vietnam y la crisis de los rehenes.