domingo, 26 de septiembre de 2010

Suecia (5): El pacifismo sueco


He de reconocer que me ha costado encontrar un título adecuado para afrontar este último post sobre Suecia. Mi intención es tratar el tiempo que comienza con la pérdida para Suecia de Noruega (1905), y termina con la reforma constitucional de la Ley del Instrumento de Gobierno (1974), que despoja al rey de manera ya oficial de todo papel ejecutivo en política.

Posiblemente el título sea el que mejor refleja un nexo común de este periodo, en el que Suecia se mantiene al margen de la convulsa situación bélica en la mayor parte de Europa con las dos guerras mundiales, y aislándose de posibles conflictos posteriores convirtiéndose en un oasis político de paz social.

El siglo XX comenzaba para Suecia con una situación crítica al tener que afrontar las reivindicaciones de independencia de Noruega. Las relaciones entre ambos reinos venían siendo tensas ya desde el siglo anterior. Estas tensiones se agravaron para 1905. El parlamento noruego consiguió negociar con el gobierno central la separación de Suecia ante la amenaza incluso de una probable guerra. En ese momento el pacifismo que se venía viviendo en Suecia desde varias décadas atrás pudo tal vez determinar la decisión. El rey Oscar II renunció a sus derechos dinásticos al trono de Noruega, en el que fue sucedido por Haakon VII nieto de su hermano mayor el rey Carlos XV.

En 1907 murió el rey Oscar II y su hijo Gustavo se convirtió en Gustavo V rey de Suecia (1907- 1950). El nuevo rey fue el último en tener poder político en el gobierno, aunque tuvo que ir cediendo ante los cambios políticos que fijaban una monarquía parlamentaria. No obstante, el rey se involucró tanto en la política interna como en la internacional.

Los comienzos del reinado comenzaron con diferencias entre el rey y el primer ministro Staff, quien defendía una política pacifista que rechazaba el armamentismo ante una inevitable guerra en Europa, mientras el rey se oponía a esa política. La intromisión ilegal del rey condujo a la dimisión de Staff. En 1914 con el estallido de la Primera Guerra el rey se declara a favor de la neutralidad, a pesar de que corrían rumores de que apoyaba una alianza militar con Alemania entre 1911 y 1914. Lo cierto es que el rey tuvo una inclinación hacia Alemania durante la mayor parte de su reinado que era evidente aunque no oficial. En 1917 fracasó una revolución socialista, pero para poder afrontarla se tuvo que establecer una monarquía parlamentaria de corte democrático.

Suecia se mantuvo también como país neutral en la Segunda Guerra Mundial, aunque la neutralidad sueca no destacó en esta ocasión de manera brillante debido a la palpable colaboración con la Alemania Nazi. En cierta manera era de lógica si se quería mantener al país alejado de una invasión alemana. En aras de esa paz para el país el rey amenazó al gobierno con abdicar si no se cumplían las peticiones alemanas. Suecia permitió el tránsito del ejército alemán por su territorio, tuvo voluntarios en las SS alemanas durante la invasión a la URSS, y proporcionó acero y maquinaria a Alemania durante la guerra. Hacia el final de la guerra fue girando en sus posiciones acercándose a los Aliados.

Después de la muerte de Gustavo V en 1950 se convirtió en rey su hijo Gustavo VI Adolfo (1950-1973). Fue el primer rey desde la Edad de la Libertad (1719-1772) despojado de cualquier poder político. El mantenimiento de la monarquía en aquel tiempo se mantuvo gracias a la popularidad del rey, quien no requería de tratamientos especiales y gustaba de pasear por la calle y saludar a sus súbditos como un ciudadano más.

Durante la Guerra Fría Suecia adoptó públicamente una posición de neutralidad, pero de manera oficiosa los líderes suecos mantuvieron estrechos contactos con los Estados Unidos. Después de la guerra Suecia tomó ventaja frente al resto de países europeos debido a su neutralidad. Su industria quedó intacta y su estabilidad social permitió entre otras cosas que pudiera colaborar en la reconstrucción de Europa.

El periodo de la postguerra estuvo dominado por el Partido Socialdemócrata la mayor parte de tiempo, quien aplicó una política corporativista que favorecía tanto a las grandes empresas como a los sindicatos. El Estado sueco jugó un papel relevante creciendo considerablemente la cantidad de empleados públicos entre 1960 y 1980.

En 1973 murió Gustavo VI sucediéndole en el trono su nieto Carlos XVI Gustavo, actual monarca de Suecia. Después de cincuenta años de parlamentarismo de facto fue redactada la Ley del Instrumento del Gobierno en 1974, que establecía de iure la monarquía parlamentaria y reducía a la mínima expresión el papel político del rey.

Desde 1814, cuando adquirió Noruega gracias a la valía de Bernadotte, Suecia no se ha visto involucrada en ninguna guerra. Ha mantenido su neutralidad durante cerca de dos siglos, convirtiéndose en un caso especial y casi único en Europa. Durante los últimos años ha participado en misiones de paz en diferentes lugares del mundo como Chipre, Congo, Bosnia, Kosovo, Liberia, Líbano, Afganistán y Chad, jugando un rol más activo en la órbita occidental.

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Este ha sido mi último post temático sobre Suecia este mes de septiembre. Espero haber despertado el interés de los que seguís este blog. Mi humilde intención ha sido acercar algo la historia de Suecia, que tan desconocida es para la mayoría de españoles, a los que habéis mostrado interés en mis publicaciones. Soy consciente que querer abordar la historia de un país en sólo cinco post sería bastante pretencioso por mi parte, pero si al menos ha servido para que os estimule a querer saber más de ese país, os haya gustado más o menos los contenidos, me doy por más que satisfecho.

Fotos: Gustavo V

lunes, 20 de septiembre de 2010

Suecia (4): El príncipe adoptado


En mi post que trataba sobre Gustavo II y su hija Cristina decía de ella que había vivido una vida peculiar y apasionante, seguramente y a mi parecer la más apasionante de un monarca europeo. Ciertamente el personaje de hoy no se queda atrás en cuanto a peculiaridad al tratarse de un caso muy curioso dentro de la historia moderna. Me refiero a la vida del mariscal francés Jean-Baptiste Bernadotte, convertido por capricho del destino en príncipe heredero de un importante país europeo como lo era Suecia.

Jean-Baptiste nació en Francia en 1763, hijo de Henry un procurador de la ciudad de Pau, entró en el ejército francés en 1780. Sus evidentes cualidades militares le hicieron ascender muy rápidamente llegando a general de división en 1794. Al llegar el Imperio Jean-Baptiste fue nombrado uno de los dieciocho mariscales de Francia. En 1808 lideró una expedición contra Suecia a través de las islas danesas que no tuvo éxito, debido a la deserción del contingente español y por dificultades de transporte.

En 1810 cuando estaba a punto de tomar el cargo de gobernador de Roma fue elegido de manera inesperada heredero del rey Carlos XIII de Suecia, quien no tenía descendencia. El ofrecimiento fue hecho por el barón Karl Otto Mörner, y Bernadotte comunicó la oferta a Napoleón quien trató el asunto como un absurdo, mostrando poca perspicacia en ese momento. Jean-Baptiste informó a Mörner que no rechazaría el honor de ser él el elegido.

Las razones de tan sorprendente propuesta se fundamentaban en el hecho de la previsión de una guerra contra Rusia y la necesidad de dirección política de un militar de valía como lo era él, ese era el pensar de un importante sector del ejército sueco. Además era un militar muy popular en Suecia donde se le tenía en consideración por su buen comportamiento con los soldados suecos prisioneros en la guerra contra Dinamarca.

La realidad es que para Suecia la elección no pudo ser más acertada, porque en efecto supo defender los intereses internacionales de su nuevo país. Bernadotte fue adoptado por el rey Carlos XIII bajo el nombre de Karl Johan (Carlos Juan). Pronto tuvo que ejercer el poder por la enfermedad del viejo rey. En este tiempo, en que aun no se había convertido en rey, consiguió la adquisición de Noruega, arrebatada a Dinamarca, aliada de Napoleón. Para sorpresa de sus antiguos compatriotas se alió con Inglaterra y Prusia contra Napoleón, demostrando así que no pensaba ser un Estado satélite de Francia.

Cuando Carlos XIII falleció en 1818 Bernadotte se convirtió en rey de Suecia con el nombre de Carlos XIV Juan. Aunque se convirtió al luteranismo cuando fue adoptado, nunca aprendió el sueco y el noruego, si bien ello no fue obstáculo para él puesto que el francés era el idioma preferido de la aristocracia. Tuvo el merito de ser un rey popular tanto en Suecia como en Noruega, y en general en ambos países fue visto como un orgullo nacional.

Por supuesto tuvo oposición política, debido principalmente a sus ideas ultraconservadoras, pero excepto en 1840 cuando el parlamento sueco pensó en la posibilidad de pedirle la abdicación, lo que finalmente no ocurrió, su dinastía instaurada por él nunca estuvo en peligro. La mayor parte de su reinado fue un largo periodo de paz ininterrumpida, y gracias a su energía, previsión y visión política también de desarrollo material para ambos reinos. Murió en 1844 siendo sucedido por su hijo Oscar I.

Lo más curioso de la historia de Bernadotte no es que siendo militar llegara a ser rey, la historia está llena de casos así, sino que llegara a ser rey de un país que no era el suyo al ser adoptado por un rey, sin tener que dar ningún golpe de Estado, sin tener que disparar un solo tiro.


REYES DE LA DINASTÍA BERNADOTTE

Carlos XIV Juan (1818-1844)
Oscar I (1844-1859)
Carlos XV (1859-1872)
Oscar II (1872-1907)
Gustavo V (1907-1950)
Gustavo VI Adolfo (1950-1973)
Carlos XVI Gustavo (1950-Presente)


CURIOSIDADES SUECAS DE LA ÉPOCA

-Antes de que Bernadotte fuera adoptado por Carlos XIII ya lo fue con anterioridad el príncipe danés Cristian Augusto también en el año 1810, pero el príncipe Cristian murió ese mismo año posiblemente asesinado. Jean-Baptiste fue el elegido para sustituirlo como heredero de la Corona sueca.

-Si bien Bernadotte no aprendió el sueco si lo hizo su hijo Oscar, príncipe heredero, que lo aprendió al poco de llegar a Suecia por lo que sirvió de interprete a su padre.

-Tras su muerte se le encontró a Bernadotte un curioso tatuaje en el cuerpo que decía: “Mort aux rois” (Muerte a los reyes), posiblemente realizado en tiempos de la Revolución francesa.

Suecia (4): El príncipe adoptado


En mi post que trataba sobre Gustavo II y su hija Cristina decía de ella que había vivido una vida peculiar y apasionante, seguramente y a mi parecer la más apasionante de un monarca europeo. Ciertamente el personaje de hoy no se queda atrás en cuanto a peculiaridad al tratarse de un caso muy curioso dentro de la historia moderna. Me refiero a la vida del mariscal francés Jean-Baptiste Bernadotte, convertido por capricho del destino en príncipe heredero de un importante país europeo como lo era Suecia.

Jean-Baptiste nació en Francia en 1763, hijo de Henry un procurador de la ciudad de Pau, entró en el ejército francés en 1780. Sus evidentes cualidades militares le hicieron ascender muy rápidamente llegando a general de división en 1794. Al llegar el Imperio Jean-Baptiste fue nombrado uno de los dieciocho mariscales de Francia. En 1808 lideró una expedición contra Suecia a través de las islas danesas que no tuvo éxito, debido a la deserción del contingente español y por dificultades de transporte.

En 1810 cuando estaba a punto de tomar el cargo de gobernador de Roma fue elegido de manera inesperada heredero del rey Carlos XIII de Suecia, quien no tenía descendencia. El ofrecimiento fue hecho por el barón Karl Otto Mörner, y Bernadotte comunicó la oferta a Napoleón quien trató el asunto como un absurdo, mostrando poca perspicacia en ese momento. Jean-Baptiste informó a Mörner que no rechazaría el honor de ser él el elegido.

Las razones de tan sorprendente propuesta se fundamentaban en el hecho de la previsión de una guerra contra Rusia y la necesidad de dirección política de un militar de valía como lo era él, ese era el pensar de un importante sector del ejército sueco. Además era un militar muy popular en Suecia donde se le tenía en consideración por su buen comportamiento con los soldados suecos prisioneros en la guerra contra Dinamarca.

La realidad es que para Suecia la elección no pudo ser más acertada, porque en efecto supo defender los intereses internacionales de su nuevo país. Bernadotte fue adoptado por el rey Carlos XIII bajo el nombre de Karl Johan (Carlos Juan). Pronto tuvo que ejercer el poder por la enfermedad del viejo rey. En este tiempo, en que aun no se había convertido en rey, consiguió la adquisición de Noruega, arrebatada a Dinamarca, aliada de Napoleón. Para sorpresa de sus antiguos compatriotas se alió con Inglaterra y Prusia contra Napoleón, demostrando así que no pensaba ser un Estado satélite de Francia.

Cuando Carlos XIII falleció en 1818 Bernadotte se convirtió en rey de Suecia con el nombre de Carlos XIV Juan. Aunque se convirtió al luteranismo cuando fue adoptado, nunca aprendió el sueco y el noruego, si bien ello no fue obstáculo para él puesto que el francés era el idioma preferido de la aristocracia. Tuvo el merito de ser un rey popular tanto en Suecia como en Noruega, y en general en ambos países fue visto como un orgullo nacional.

Por supuesto tuvo oposición política, debido principalmente a sus ideas ultraconservadoras, pero excepto en 1840 cuando el parlamento sueco pensó en la posibilidad de pedirle la abdicación, lo que finalmente no ocurrió, su dinastía instaurada por él nunca estuvo en peligro. La mayor parte de su reinado fue un largo periodo de paz ininterrumpida, y gracias a su energía, previsión y visión política también de desarrollo material para ambos reinos. Murió en 1844 siendo sucedido por su hijo Oscar I.

Lo más curioso de la historia de Bernadotte no es que siendo militar llegara a ser rey, la historia está llena de casos así, sino que llegara a ser rey de un país que no era el suyo al ser adoptado por un rey, sin tener que dar ningún golpe de Estado, sin tener que disparar un solo tiro.


REYES DE LA DINASTÍA BERNADOTTE

Carlos XIV Juan (1818-1844)
Oscar I (1844-1859)
Carlos XV (1859-1872)
Oscar II (1872-1907)
Gustavo V (1907-1950)
Gustavo VI Adolfo (1950-1973)
Carlos XVI Gustavo (1950-Presente)

CURIOSIDADES SUECAS DE LA ÉPOCA

-Antes de que Bernadotte fuera adoptado por Carlos XIII ya lo fue con anterioridad el príncipe danés Cristian Augusto también en el año 1810, pero el príncipe Cristian murió ese mismo año posiblemente asesinado. Jean-Baptiste fue el elegido para sustituirlo como heredero de la Corona sueca.

-Si bien Bernadotte no aprendió el sueco si lo hizo su hijo Oscar, príncipe heredero, que lo aprendió al poco de llegar a Suecia por lo que sirvió de interprete a su padre.

-Tras su muerte se le encontró a Bernadotte un curioso tatuaje en el cuerpo que decía: “Mort aux rois” (Muerte a los reyes), posiblemente realizado en tiempos de la Revolución francesa.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Suecia (3): La Edad de la Libertad


Los reyes suecos, como el resto de monarcas en Europa durante los siglos de la Edad Moderna, gozaban de un gran poder y en la mayoría de los casos de un poder absoluto. Había sido el caso de reyes suecos como Gustavo I, Erik XIV o el mismo Gustavo II. Esa realidad iba a cambiar en el siglo XVIII, en concreto desde 1719 y hasta 1772, en la que se denominó Edad de la Libertad. Suecia iba a cambiar políticamente y lo hacía antes que la mayoría de países europeos, adelantándose en el tiempo, como en tantas cosas Suecia siempre ha hecho.

La Edad de la Libertad supuso la llegada al poder de los partidos políticos y la postergación de los monarcas del poder en una nueva vida política protagonizada por el parlamentarismo. Los partidos políticos fueron fundamentalmente dos, con nombres bastante originales: el Partido de los Sombreros y el Partido de los Gorros. A ellos se uniría en la actividad política el llamado Partido de la Corte, que preconizaba un reforzamiento del poder monárquico.

En 1718 murió el rey Carlos XII, que había destacado por su autoritarismo, y lo hizo sin descendencia. Dos eran los pretendientes al trono, Carlos Federico de Holstein-Gottorp–hijo de una hermana de Carlos XII-, y la princesa Ulrica Leonor, que era hermana del rey. Para convertirse en reina Ulrica hubo de renunciar a sus derechos dinásticos convirtiéndose en reina electa. De esa manera estaba también renunciando a su vez al absolutismo. Con esa maniobra la nobleza sueca reforzaba su poder y daba comienzo a un nuevo tiempo político.

La reina deseaba poder gobernar conjuntamente con su marido Federico de Hesse, influida posiblemente por los manejos de su propio marido, pero la nobleza rechazó esa posibilidad. Ante la debilidad que Ulrica sentía frente a la nobleza, y viendo que no era posible su deseo de gobernar con su marido, en 1720 abdica del trono siendo entonces electo como rey su marido quien se convierte en Federico I de Suecia, pasando ella a ser reina consorte.

En 1723 Federico se opuso a una nueva Constitución que limitaba su poder, pero finalmente esa Constitución fue promulgada. Con la nueva situación política el titulo real pasó a ser más bien una etiqueta. El gobierno se empezó a parecer más al de una república que al de una monarquía de la época. El rey pasó el resto de su vida dedicado a la indolencia y el sibaritismo, y eso sí, no perdió nada de tiempo en una de sus actividades favoritas, la búsqueda de amantes suecas. Murió en 1751 sin descendencia legítima. Le sucedió en el trono el príncipe Adolfo Federico de Holstein-Gottorp, primo segundo de Carlos XII. En la decisión sobre la sucesión tomada en 1743 nada tuvo que ver Federico I, ya que fue el parlamento quien lo designo como sucesor.

El papel político del nuevo rey fue como el de su antecesor insignificante. Adolfo Federico intentó apoyarse en los dos partidos políticos (Partido de los Sombreros y Partido de los Gorros) de manera alterna, intentando aumentar su influencia política sin tener éxito. En 1756 se intentó una conspiración que fracaso, con la intención de recuperar el poder absoluto de la monarquía. Murió en 1771 siendo sucedido por su hijo Gustavo III, quien en 1772 dio un golpe de Estado para recuperar el absolutismo monárquico.

Con Gustavo III terminaba la Edad de la Libertad en Suecia, aunque sólo unas décadas después volvería el parlamentarismo de corte liberal en tiempos del reinado de Carlos XIII (1809-1818).
La Edad de la Libertad fue el prólogo de lo que históricamente y hasta el presente fue y es la democracia sueca. El punto de partida político de la Suecia de nuestros días, el origen de su presente. Fue un tiempo de libertad en política casi único en la época, tanto es así que Voltaire consideró a la Suecia de esa época como el Estado más libre del mundo.

Una verdadera segunda edad de la libertad comenzó a mediados del siglo XX, cuando el monarca dejó de nuevo de intervenir en política y se convirtió en lo que es actualmente, un rey de ornamento.

CURIOSIDADES SUECAS DE LA ÉPOCA

-El nombre de Partido de los Sombreros viene del sombrero tricorne que en aquella época llevaban los militares en referencia a las intenciones bélicas que sus integrantes tenían contra Rusia. El nombre de los Gorros fue puesto por los mismos sombreros que consideraban a sus adversarios políticos pacíficos, y en oposición al sombrero tricorne se les adjudicó el nombre de gorros de dormir.

-El rey Adolfo Federico murió de problemas digestivos después de haber terminado una opípara cena en la que repitió postre 14 veces.

-El rey Gustavo III estaba convencido de que el café era un veneno, y para demostrar su toxicidad condenó a un asesino a beber café todos los días y a otro delincuente le indultó con la condición de que bebiese té a diario. El experimento fue seguido por una comisión médica y resultó un fracaso: primero murieron los médicos, después el rey, muchos años más tarde el bebedor de té y por último el bebedor de café.

-El rey Carlos XII es considerado por muchos extremistas de derechas en Suecia como un icono por la política autoritaria y nacionalista que practicó durante su reinado (1697-1718).

domingo, 12 de septiembre de 2010

Suecia (2): El León y la Minerva del Norte


Si hubiera que destacar a dos monarcas suecos los elegidos podrían ser Gustavo II Adolfo y su hija Cristina de Suecia. En mi caso son los elegidos para este mes temático como monarcas sobresalientes de la era moderna del país nórdico. Gustavo II como estadista, su hija como ejemplo de coherencia y vida realmente peculiar.

Gustavo II Adolfo era hijo de Carlos IX, quien a su vez era hijo de Gustavo I. Nació en el castillo de Estocolmo en 1594. Fue rey entre 1611 y 1632, y fue ese periodo precisamente el de mayor esplendor en la historia moderna de Suecia, porque fue entonces cuando se desarrolló en su máxima expresión la influencia sueca en Europa.

A Gustavo II le toco heredar tres guerras que venían aconteciendo en el norte de Europa para principios del siglo XVII, contra Dinamarca, Rusia y Polonia. Las guerras para Suecia fueron, desde el siglo XVI, una constante hasta principios del siglo XIX, y la causa del posterior declive y crisis del país. Tanto a Rusia como a Polonia consiguió arrancarle territorios, a Rusia le cerró la salida al Báltico y a Polonia le arrebató la provincia de Livonia. Pero donde de verdad destacó Gustavo Adolfo guerreado fue en la Guerra de los Treinta Años, donde mereció el apelativo de “León del Norte”.

La participación de Suecia en la Guerra de los Treinta Años fue en cierta medida inevitable para Gustavo II si quería salvaguardar el comercio del norte de Alemania con el Báltico. Además el curso de la guerra para finales de los años veinte era favorable para los católicos encabezados por los Habsburgo austriacos. Gustavo Adolfo firme defensor del protestantismo, como lo fue su padre, se convirtió en el líder del bando protestante en una guerra en la que primero los alemanes protestantes lo vieron como un intruso, y después lo aceptaron como su máximo jefe. Aunque no consiguió acabar con la guerra que libraba contra españoles, austriacos y católicos alemanes, su intervención evitó la victoria católica.

Si en la guerra destacó también lo hizo como administrador, ya que sus estructuras burocráticas fueron un ejemplo para otros monarcas europeos. Se llevó a cabo, asimismo, la creación permanente de un ejército y la constante rotación en el servicio militar, que se le impuso al pueblo.

Murió en 1632 en la Batalla de Lützen haciendo frente al ejército imperial. Esa batalla fue muy importante para los suecos en la Guerra de los Treinta Años, y si bien el rey falleció la batalla fue ganada, convirtiéndose en una victoria póstuma para Gustavo II. A su muerte dejó una única hija legítima, Cristina, que se convertiría en reina de Suecia a la cortísima edad de 5 años.
De todas las vidas de monarcas europeos que he leído la de Cristina seguramente es la más apasionante y peculiar, tal vez por ser una reina despegada del poder terrenal, imbuida de un poder más grande, el espiritual, diferente a todo lo establecido, como si de una adelantada a su época se tratara.

La niñez de Cristina estuvo caracterizada por una cuidadosa preparación como reina que ya desde niña era, y por la separación de su madre durante la mayor parte de su infancia por razones de Estado. Cristina era especialmente capacitada en los idiomas que era su materia favorita. Tenía una gran capacidad para el aprendizaje y enorme ansia de conocimiento.

No era precisamente agraciada, era de contextura gruesa y de corta estatura, aunque eso a ella parecía no importarle, seguramente porque su sabiduría le hacía ver que eso era lo menos importante.

A los 18 años asumió sus funciones como soberana, queriendo en primer lugar hacer una reconstrucción cultural del reino, dañada por años de guerra que se venían arrastrando desde décadas atrás. Adoptó el lema “La sabiduría es el pilar del reino”. Por su fama de protectora de la cultura vio la posibilidad de atraer intelectuales a su corte, como en efecto ocurrió. Suecia se convirtió en determinados momentos en el centro del humanismo en Europa, por lo que Cristina recibió el sobrenombre de “Minerva del Norte”.

El acercamiento que la reina tuvo con determinados embajadores de países católicos probablemente condujo a Cristina a tener inquietudes por el catolicismo, lo que tanto determinaría su vida posterior. Esa circunstancia fue trascendental, ya que en aquella época Suecia era algo así como el estandarte del protestantismo.

En 1647 la reina fue inquirida para el casamiento con el fin de dar a la Corona un heredero. Cristina respondió que pensaría en ello y daría una respuesta, que llegaría dos años después en manera negativa. La reina decidió no casarse dejando vía libre a que su primo Carlos Gustavo se convirtiera en heredero al trono.

En 1654 Cristina tomó una decisión asombrosa que no se entendió en un primer momento, y que después quedaría muy clarificada, la reina abdicó de su trono. Su abdicación fue seguramente el acto más coherente de su vida a causa del motivo que le llevó a ello, la conversión a la religión católica. La hija del paladín del protestantismo decidía hacerse católica, la paradoja de las paradojas de aquella época, y además decidió trasladarse a vivir a Roma, donde fue recibida con todos los honores.

En Roma Cristina creó su propia corte a la que no renunció por considerarse reina aunque no reinara. Promovió el mecenazgo a los artistas, aunque en los últimos años tuvo ciertas dificultades económicas que hicieron limitar su patrocinio cultural.

A principios de 1689 Cristina comenzó a sentirse muy enferma. El 14 de abril de ese año Cristina falleció. En su testamento escribió que deseaba ser enterrada sin honores y de la manera más sencilla. Su deseo no fue cumplido.


Imagen: Gustavo II Adolfo

sábado, 4 de septiembre de 2010

Suecia (1): Gustavo I y el nacimiento de la Suecia moderna



A comienzos del siglo XVI, época que coincide en ciertos países con el inicio de la Edad Moderna, Suecia se encontraba sometida al dominio político de Dinamarca, bajo la llamada Unión de Kalmar, que unía Dinamarca, Suecia y Noruega. Pero los movimientos independentistas en Suecia se hacían notar con los que componían el grupo anti-unionista, entre ellos se encontraba Erik Johansson el padre de quien se convertiría en rey sueco poco tiempo después, Gustavo I Vasa, quien también se integraba en la oposición a Dinamarca.

El rey danés Cristian II reclamó su derecho al trono de la Unión de Kalmar, y en vista de la situación en Suecia invadió este territorio sufriendo una primera derrota frente a los suecos en 1518. A comienzos del año siguiente, sin embargo, consiguió derrotar a los suecos anti-unionistas. Para finales de 1520 hizo una purga de los opositores, entre los que estaba el padre de Gustavo Vasa, Erik Johansson. Aquella acción fue el llamado “Baño de Sangre de Estocolmo”, del que consiguió escapar Gustavo Vasa.

Gustavo se dirigió al noroeste del país desde donde inició una sublevación contra los daneses. Para 1523 tenía a toda Suecia bajo su mando. El 6 de junio de ese mismo año fue elegido por el parlamento rey de Suecia.

Uno de los grandes acontecimientos del reinado de Gustavo I Vasa fue el giro hacia el protestantismo que dio Suecia al comienzo de su reinado. Los motivos radicaron en las diferencias entre el rey y el Papa Clemente VII por el nombramiento del arzobispo de Suecia, lo que condujo al alejamiento del rey con Roma. El rey se dejó influenciar por los hermanos Petri seguidores de la doctrina luterana, y se erigió como nuevo dirigente de la iglesia sueca.

Durante su reinado se enfrentó a daneses y rusos, con los últimos por motivos fronterizos en el territorio finlandés, que pertenecía a Suecia. Consiguió fortalecer el poder de la corona al hacerla hereditaria. El respeto a su persona fue la base de su poder. Se casó en tres ocasiones. Murió en 1560 dejando como heredero a su hijo mayor Erik XIV.

CURIOSIDADES SUECAS DE LA ÉPOCA

-El sucesor de Gustavo I, su hijo Erik XIV sufrió de locura, creía que todo el mundo conspiraba contra él. Sus hermanastros Juan y Carlos lo destronaron y encarcelaron muriendo envenenado en la cárcel.

-Los tres hijos varones de Gustavo I, Erik, Juan y Carlos, llegaron a ser reyes de Suecia.


-El día 6 de junio es el día de la fiesta nacional de Suecia en conmemoración de la elección de
Gustavo I como rey de Suecia.
Imagen: Gustavo I Vasa

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Septiembre temático: Suecia




Suecia es para los españoles ese gran país desconocido en su cultura y su historia. Sin duda su situación geográfica contribuye de manera decisiva a esa circunstancia. Si hablamos de Suecia nos viene a la mente la expresión “hacerse el sueco”, los turistas de ese país, los premios Nobel y poca cosa más. Sin embargo la historia de Suecia es tremendamente rica en personajes, anécdotas, modelos políticos y en infinidad de matices.

Desde hace unos años Suecia me produce una gran admiración, en especial por su música electrónica que, junto con la noruega, se ha situado en lo más alto de mis preferencias musicales. Pero repasando un poco de su historia estos días me he dado cuenta que merecía la pena dedicarles algunas actualizaciones, y en concreto las correspondientes a este mes de septiembre. Será que sigo con la manía de mirar allí donde pocos miran, para descubrir infinidad de cosas ocultas al conocimiento más popular. En fin, un mes por delante para conocer un poquito de la historia de Suecia, ¿me acompañáis?


Los 29 nombres del rey carlista Jaime III

En mi último post obvie detallar los 29 nombres de Jaime III, pero ante la curiosidad suscitada en uno de los comentarios ahí van los nombres:

Jaime Pio Juan Carlos Bienvenido Sansón Pelayo Hermenegildo Recaredo Álvaro Fernando Gonzalo Alfonso María de los Dolores Enrique Luis Roberto Francisco Ramiro José Joaquín Isidro Leandro Miguel Gabriel Rafael Pedro Benito Felipe de Borbón y Borbón Parma.