jueves, 18 de noviembre de 2010

El principe jorobado


En la historia podemos encontrar multitud de enfrentamientos entre príncipes y sus respectivos padres monarcas. En España el más popular es el que tuvieron Carlos IV y su hijo el príncipe Fernando (Fernando VII) en 1808. También es interesante aunque menos conocido el que existió entre Felipe II y su hijo primogénito el príncipe Don Carlos. La historia que rescato hoy es la del enfrentamiento de Carlomagno y su primogénito Pipino llamado el Jorobado, historia muy desconocida por la lógica de que las cosas que no tienen trascendencia histórica dejan una huella prácticamente imperceptible al conocimiento general.

Pipino nació en el año 769 siendo hijo de Carlomagno y de su concubina Himiltruda. Le fue puesto el nombre de su abuelo el rey Pipino lo que suponía un simbolismo importante para sus aspiraciones. No fue el primer descendiente de Carlomagno ya que parece que con anterioridad nació su hermana Amaedru de la que no queda claro su tiempo de vida, posiblemente murió al poco de nacer. Carlomagno tuvo cinco esposas y entre hijos legítimos e ilegítimos un total de 20, si bien sobre estos últimos (en total 7) no hay base histórica.

Pipino no está entre los 7 hijos ilegítimos de Carlomagno pero tampoco puede afirmarse que fuera plenamente legítimo, ya que la relación entre sus padres no queda aclarada totalmente por los historiadores puesto que unos afirman que era un matrimonio y otros que era un concubinato. La figura del concubinato en aquella época se situaba entre las relaciones extramatrimoniales y el matrimonio, como una especie de matrimonio no oficializado.

El príncipe Pipino tenía a su favor ser el primogénito varón con lo que aquello suponía, pero su posible ilegitimidad y su deformidad física por un problema en la columna, que le valió el apodo de “el Jorobado”, le apartó de la sucesión real de los francos. A pesar de ello su padre le dio el debido tratamiento como varón de mayor edad y además le tuvo un verdadero afecto como padre.

Pipino era un hombre amable y despertó las simpatías en la corte. El grupo de nobles descontentos fijó sus aspiraciones en él lo que se convertiría más adelante en su perdición. En 780 Carlomagno desheredó formalmente a Pipino y el Papa bautizó a su tercer hijo Carlomán con el nombre de Pipino, con el especial sentido que aquello tenía. Esta acción parece que fue inducida por Hildegarda, tercera esposa del rey y madre de Carlomán y Carlos el Joven, que posiblemente sentía peligrar la herencia de sus hijos a favor de Pipino.

Al príncipe Pipino se le permitió permanecer en la corte y Carlomagno continuó dándole prioridad a la sucesión de su hijo legítimo mayor Carlos el Joven. En el año 792 un grupo de nobles convenció a Pípino para que se uniera a un complot que acabara con la vida de su padre y le dejara a él como rey con el objetivo de poder manipular al nuevo soberano fácilmente. El complot fue descubierto y los culpables condenados a muerte. La pena a Pipino le fue conmutada por la obligación de entrar en el monasterio de Prüm para vivir el resto de sus días como monje. Allí murió veinte años después quien estaba esperanzado en heredar parte del Imperio carolingio (la tradición germánica dictaba el reparto de los reinos entre los hijos del rey a su muerte), pero el destino le deparó el ostracismo.

Curiosamente, aunque hay dudas al respecto, parece que Carlomagno sobrevivió a once de sus trece hijos reconocidos. Sobrevivieron al Rey-Emperador su hijo Luis el Piadoso, quien heredaría el Imperio, y su hija Bertha.

1 comentario:

  1. Muy, muy, muy interesante. Otra historia que no conocía, y que me ha despertado el gusanillo por la historia. Muchas gracias.

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