martes, 3 de abril de 2012

La Italia normanda



Italia fue en la Edad Media un territorio tremendamente
dividido que sufrió múltiples cambios políticos-administrativos. No hay
historia medieval para mí más apasionante que la que aconteció en Italia.
Historia compleja de dominar hasta para los más entendidos, un puzle del pasado
que se presta como cualquier historia a ser desentrañado, y cuando más indagas
más te pierdes y cuando más te pierdes más te apasionas por la historia.
En Italia estuvieron presentes en el Medievo buena parte de
las potencias europeas. Fue el caso de Bizancio, Sacro Imperio, Aragón, Francia
y curiosamente también el de un pueblo originario del norte de Europa, el
normando. Realmente resulta peculiar hablar de un pueblo del norte instalado en
la parte meridional de Europa, muy cerca geográficamente de África a sólo un
tiro de piedra.
Los normandos eran vikingos originarios en su mayoría de
Dinamarca que se expandieron por Europa a partir del siglo IX y se instalaron
en el noroeste de Francia, concediéndoles el rey franco Carlos el Simple un
ducado llamado en adelante Ducado de Normandía. De ahí un grupo en principio
reducido pasó al sur de la península italiana. El motivo de su llegada a Italia
no está bien clarificado, pero parece la explicación más lógica aquella que
apuesta por una llamada del Papado de
Roma para enfrentarse como soldados mercenarios bajo el mando de los lombardos
contra los bizantinos que dominaban la parte más meridional de la península.
A mediados del siglo XI, bajo el vasallaje directo del Emperador
del Sacro Imperio Romano-Germánico Enrique III, se establecieron dos condados
normandos, el Condado de Aversa y el Condado de Melfi, más adelante Ducado de
Apulia. Este ducado sería el responsable más adelante de expulsar a los bizantinos del sur de Italia.
Sicilia por su parte estaba dominada por los musulmanes que
habían establecido el Emirato de Sicilia siglos atrás. A principios del siglo
XI diferentes crisis sucesorias debilitaron políticamente al poder sarraceno en
la isla. Esta situación era muy parecida a la vivida en España en los siglos
XI-XIII. En este contexto, los normandos Roberto Guiscardo y su hermano menor
Rogelio Bosso, de la dinastía Hauteville, intentaron su conquista a partir de
1061, ya que habían recibido del Papa además del título de Duque de Apulia el nominal
de Duque de Sicilia.
Con la conquista normanda de Sicilia Roberto Duque de Apulia
otorgó el título de Conde de Sicilia a su hermano Rogelio I bajo la soberanía
de Roberto. Para 1091 Sicilia quedó liberada de los musulmanes y en ese año
Rogelio también arrebató a los sarracenos la isla de Malta. Rogelio II, hijo de
Rogelio I, sucedió a su hermano Simón en 1105 cuando aún era menor de edad.
Rogelio II (1095-1154) trabajó por aumentar su prestigio y
dominar la totalidad de la isla. A la muerte de su primo Guillermo II de Apulia
en 1127 Rogelio recibió el Ducado de Apulia con lo que consiguió unir todas las posesiones normandas en
Italia, a excepción del Principado de Capua. Eso suponía dominar Sicilia y la
mayor parte de la mitad sur de Italia. Con estas adquisiciones Rogelio se
propuso convertir a Sicilia en un reino. En 1130 Rogelio es coronado rey de
Sicilia por el antipapa Anacleto II. Comienza en ese año la existencia de un reino
que pasados los siglos sería posesión aragonesa de la Casa de Austria.
Los nobles de Apulia no quisieron reconocerlo y los años
posteriores a 1130 estuvieron plagados de luchas entre los rebeldes y el poder
central de Sicilia. Una vez pacificados sus dominios Rogelio II se dispuso a
extender su influencia por el norte de África y Grecia. Murió en 1154 siendo
sustituido por su cuarto hijo Guillermo.
Guillermo I (rey 1154-1166) llamado el Malo era un rey menos
enérgico que su padre. Tuvo que defenderse del Papado y de los griegos en sus
dominios del sur de la península siendo vencedor en la lucha y reconocido como
legítimo rey de Sicilia. Sin embargo los dominios africanos conseguidos por su
padre fueron perdidos a manos de los almohades. Murió en la primavera de 1166
siendo sucedido por su hijo Guillermo.
Guillermo II (rey 1166-1189) llamado el Bueno fue el
contrapunto a su padre en cuanto a la gobernación del reino. Con Guillermo II
se llegó a un periodo de estabilidad cesando los conflictos internos. Casó con
Juana Plantagenet, la hermana de Ricardo Corazón de León, con quien tuvo un
hijo llamado Boemondo, quien murió muy joven.
Excepcional diplomático supo tener a su favor al Papado y a
los lombardos para defenderse de un enemigo común el Emperador del Sacro
Imperio Federico Barbarroja. En su afán de mantener la paz aprobó la unión de
su tía Constanza, hija de Rogelio II, con Enrique Hohestaufen el hijo del
Emperador Federico. Cuando estaba a punto de morir, al no tener descendencia,
nombró heredera a su tía Constanza I de Sicilia.
La decisión de Guillermo II no fue aceptada por Tancredo de
Lecce, hijo ilegitimo de Rogelio de Apulia, hijo mayor de Rogelio II. Tancredo
se rebeló y tomó el control de la isla siendo coronado rey como Tancredo I de
Sicilia en 1190. Al año siguiente Enrique Hohestaufen y Constanza fueron
coronados emperador y emperatriz del Sacro Imperio y se dirigieron hacia el sur
para reclamar el reino de Sicilia. Tancredo tuvo al principio importantes
victorias sobre los imperiales pero su muerte en febrero de 1194 abría el
camino al gobierno Hohestaufen en Sicilia.
Sibilla de Acerra, esposa de Tancredo estableció la regencia
de su hijo Guillermo III, pero en el mes de mayo Nápoles se rindió al Emperador
Enrique y en noviembre hizo lo propio Sicilia. La familia real cayó en poder de
los imperiales y se rumoreó que Guillermo III, castrado y ciego murió en
Alemania en 1198, muriendo así el último rey normando de Sicilia. Se establecía
de esa manera la dinastía Hohestaufen en Sicilia hasta que pasado un siglo
fuera sucedida por la dinastía aragonesa, aunque eso ya es otra historia.


Imagen: Escudo de armas de la familia Hauteville.

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