
“Esta maldita Guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia. Todas las circunstancias de mis desastres se relacionan con este nudo fatal: destruyó mi autoridad moral en Europa, complicó mis dificultades, abrió una escuela los soldados ingleses… esta maldita guerra me ha perdido”.
Napoleón en el exilio de Santa Helena.
En mi último post mi amigo Rafa, porque ya lo considero amigo, me lanzaba un reto realmente interesante: interpretar a mi modo de ver histórico los sucesos de 1808 en España. La verdad es que el interés del reto, más que por la temática, tiene que ver mucho con el hecho de lanzarlo, porque en ese acto Rafa demuestra así una “complicidad histórica” entre amigos de blog, y ahí radica el verdadero valor de dicho reto.
Qué duda cabe del interés del año 1808 y la rebelión contra los franceses en la historia de nuestro país. Posiblemente es el hecho más simbólico del carácter nacional español en un tiempo en el que no se cuestionaba la unidad nacional, sino el sistema político a seguir y donde la defensa del país primó sobre otros intereses personales.
El Motín de Aranjuez podría considerarse el prólogo del Levantamiento del 2 de mayo, el momento en que la monarquía española comenzó a desintegrarse de una manera que desde tiempos inmemoriales no ocurría. Fue una consecuencia lógica ante la pésima política llevada a cabo por el rey Carlos IV y su valido Godoy. España había abandonado una política ilustrada amiga de los ideales monárquicos europeos aliándose con un advenedizo como fue Napoleón, traicionando los orígenes dinásticos. Una política sin criterio, y como todas las políticas sin criterio, una política equivocada.
La entrada de tropas francesas en los primeros meses de 1808, acordada entre Francia y España para la invasión de Portugal, alarmó a Godoy -por el número de las mismas- quien dispuso el traslado de los reyes a Aranjuez pensando en una posible huida a América si la situación lo requería. Un ejemplo cercano estaba en los reyes de Portugal que habían marchado a Brasil ante el temor de la invasión francesa.
Los rumores que corrieron de esta situación desembocaron en el famoso motín. Las consecuencias fueron la caída de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando, convertido entonces en Fernando VII.
La conexión del motín con el Levantamiento del 2 de mayo en Madrid tenía un claro nexo en la figura del astuto Napoleón. El Emperador de los franceses era consciente del deterioro extremo de la Corona española, y sabiendo de la necesidad de una política en el Mediterráneo la idea de una España como Estado satélite francés determinó su actuación encaminada a sustituir la dinastía en el trono español. El desencadenante del Levantamiento tuvo su origen en un grito difundido por un cerrajero llamado Blas Molina, quien al saber que el infante Francisco de Paula era sacado de Palacio cuando Madrid estaba ocupado por franceses y los reyes camino de Bayona gritó “Traición! ¡Nos han quitado a nuestro rey y quieren llevarse a todos los miembros de la familia real! ¡Muerte a los franceses!”.
Las sangrientas noticias de los sucesos ocurridos en Madrid llegaron por la tarde del mismo día a Móstoles donde se encontraba el destacado político asturiano Juan Pérez Villamil. Como experimentado jurista consideró que la primera respuesta debía ser un manifiesto contra los franceses de parte de la autoridad local, ya que la Junta de Gobierno de Fernando VII era cómplice del invasor. Así fue como se convirtió en el autor del famoso manifiesto de los alcaldes de Móstoles, Andrés Torrejón y Simón Hernández.
El objetivo del bando era pedir ayuda armada para socorrer la villa de Madrid. Frente a la mitificación hecha históricamente del manifiesto al que se le ha considerado una declaración de guerra de unos alcaldes a la todopoderosa Francia, la realidad nos lleva a un escrito hecho por un político que, como primera iniciativa contra los sucesos de Madrid, firmaron dos representantes locales. Un acto más simbólico que otra cosa, que eso si contribuyó a desprestigiar a la Junta de Gobierno y se convirtió en el primer eslabón de la cadena revolucionaria española con la posterior aparición de numerosas juntas gubernativas por toda España.
La Guerra de Independencia dejó a España profundamente afectada y desencadenó el definitivo declive de España en el contexto europeo. Dejó también, y en esto radica la principal enseñanza de esta guerra, el aprendizaje de la guerra de guerrillas. Se dice que fue un invento español, yo no estoy de acuerdo, pero lo cierto es que ese modo de guerrear se ha mostrado como el más eficaz cuando de luchar contra un gigante militar se trata, y es que todos conocemos qué significó Vietnam para EE.UU.
Aunque me considero un humilde amigo de la historia espero haber satisfecho y cumplido el reto, si bien soy consciente de mis limitaciones y consciente también de mi longevo desapego a mi pasado académico, que ahora de alguna manera quiero honrar, aunque sea de esta manera modesta y a la vez muy digna.
Gracias Rafa por el reto, que sepas que nunca rechazaré ninguno por complejo que pueda ser, y espero dos cosas: primero, que sigan llegando; y segundo, que pueda satisfacer lo demandado.